20130422

De cómo la CIA le robó un submarino a los soviéticos en 1974

De cómo la CIA le robó un submarino a los soviéticos en 1974

un extracto:

Estados Unidos venía perdiendo en Vietnam hacía años, necesitaban recuperar su orgullo. Entonces idearon el Proyecto Jennifer, y crearon el Glomar Explorer, un barco de “salvataje” imaginado por la CIA para robar un submarino soviético. Una de las historias más pintorescas de la Guerra Fría.



Sí, querían un golazo mayor, algo que los llenase de orgullo, y para ello se acercaron al excéntrico millonario Howard Hughes a fines de los 60. Le propusieron que les construyese un barco bajo el engaño de que se trataba de un barco para extraer módulos de manganeso del suelo oceánico. La idea que tenían era utilizar al Glomar Explorer, o Hughes Mining Barge 1, para recuperar un submarino soviético.

El 11 de abril de 1968 la Inteligencia Naval en Pearl Harbor, interceptó un mensaje angustiante de un submarino soviético. El submarino estaba localizado aproximadamente a unos 1200 kilómetros al noroeste de Hawaii, y desde allí reportó una explosión a bordo mientras estaba cerca de la superficie, luego se hundió. Los soviéticos, obviamente recibieron el mensaje, y enviaron una partida de búsqueda, pero luego de meses de búsqueda no pudieron localizar el submarino hundido.

Se trataba de uno de los submarinos viejos de la flota soviética, era diesel, pero así y todo tenía misiles dentro, misiles nucleares. Así que los estadounidenses se interesaron enseguida por el naufragio, también con la esperanza de encontrar códigos, tecnología soviética, y demás materiales e información que pudiese haber a bordo.

Como no podían enviar barcos de bandera estadounidense sin despertar las sospechas soviéticas, la inteligencia naval llamó al millonario Howard Hughes para que les construyese el equipo especializado y el barco necesario para el proyecto de salvataje. Todo disfrazado como si se tratase de una operación minera en el fondo oceánico.

Llevó seis años poner en marcha el Proyecto Jennifer. Pero el 20 de junio de 1974, el Glomar Explorer localizó el naufragio en el fondo marino a una profundidad de 5200 metros.



Hughes le había creado una grúa inmensa para el barco que tenía una pinza más grande todavía, a la que apodaron Clementine. Una serie de ataduras estabilizaban el inmenso mecanismo mientras duraban las maniobras bajo el agua.

Así comenzó el salvataje, probado varias veces, y al final localizaron con exactitud al submarino. Pero mientras las pinzas enormes de la grúa estaban en posición, un error del operador en los controles hizo que la pinza chocase contra el suelo marino. Igualmente lograron rodear el submarino luego de muchos esfuerzos. Comenzaron a subirlo, y cuando estaba a unos 1600 metros de la superficie, la pinza comenzó a funcionar mal, aparentemente por el daño recibido cuando chocó contra el suelo marino. El submarino entonces se desgarró en pedazos. La gente a bordo del Glomar Explorer esperó con mucha tención a que la parte rota llegase al fondo marino, esperando una detonación de las bombas atómicas.

Pero nada pasó más que el hecho de haber perdido una parte del submarino soviético. Sólo recuperaron la parte delantera. Sin embargo allí pudieron hacerse con los aparatos de comunicación soviéticos, algunos misiles y varios libros de códigos. Así como los restos de seis marineros soviéticos. Pero lo más deseado, las armas atómicas y las llaves encriptadas soviéticas, permanecen allí abajo.

En 1975 reporteros del Los Angeles Times descubrieron la historia, y la dieron a conocer al mundo entero, si bien ni el gobierno ni la CIA reconoció que existiese el Proyecto Jennifer, ni que ellos tuviesen algo que ver con el Glomar Explorer. Pero todo se confirmó finalmente en 1995, cuando los registros del Proyecto Jennifer fueron desclasificados.

El barco permaneció quince años en tierra, abandonado, pero en 1996 fue reflotado y todavía funciona como minero, esta vez de verdad… o eso creemos.

No hay comentarios: